El lóbulo rasgado se produce con el paso del tiempo, y por causas bien conocidas como pequeños tirones o por el uso de pendientes pesados, el orificio del lóbulo se “estira”, produciendo un alargamiento inestético, o incluso en el peor de los casos el rasgado completo del lóbulo de la oreja, encontrándonos un lóbulo partido por la mitad. Pero también hay un factor personal, relacionado con la resistencia y elasticidad de la piel de cada uno, de forma que hay personas a las que se les rasgan los lóbulos sin que tengan conciencia de haber llevado a menudo pendientes pesados. En esos casos esto se debe a que la piel es frágil y poco elástica, e incluso con peso moderado va cediendo. Lo malo es que, si esto es así, aunque se corrija el lóbulo y se haga un nuevo agujero cabe la posibilidad de que éste se vuelva a ensanchar con el tiempo, salvo que se tenga mucho cuidado de llevar pendientes pequeños y ligeros.Un hábito que tampoco es recomendable es dormir con los pendientes puestos, ya que por la noche damos vueltas en la cama, y los pendientes pueden engancharse y sufrir pequeños tirones que se trasladan a los lóbulos, y éstos acaban por darse de sí.En algunos casos y debido a la pérdida de grasa del lóbulo, se puede reforzar el lóbulo con una pequeña inyección de relleno ya sea con materiales biocompatibles como el ácido hialurónico como con su propia grasa para una duración mayor. El lóbulo tendrá una consistencia más apropiada y estética para la colocación de pendientes pequeños, aunque no siempre es necesario este procedimiento.
¿Cómo se puede solucionar?
La solución para el lóbulo rasgado precisa de una pequeña intervención quirúrgica (lobuloplastia). No por ello hay que asustarse ya que es una intervención sencilla si el profesional está cualificado para ello y alcanzar ese resultado, natural, duradero y con una cicatriz que pase desapercibida. No hay necesidad de hospitalización y se realiza con anestesia local.
¿Cómo se realiza la intervención?
Se procederá por parte del doctor a la limpieza de la zona y a la aplicación de la anestesia local. Una vez anestesiada la zona se procede a quitar la piel del interior del agujero o del desgarro para posteriormente suturarlo tanto por la parte anterior como por la posterior, permitiendo una correcta cicatrización. Este proceso lleva unos 30 minutos. Los lóbulos se protegen con unos esparadrapos quirúrgicos. Pasados 10 dias se retirarán los puntos de sutura.
Postoperatorio y recuperación
Puede hacer vida normal al día siguiente, no deberá mojarse las orejas en un par de días ni ponerse pendientes.Pasados los dos primeros días, ya se puede retirar el esparadrapo. Dejaremos los lóbulos al aire. Limpiar muy suavemente con Cristalmina (clorohexidrina transparente) y mantener siempre seca la zona.Una ver realizada la lobuloplastia y después de transcurrido un mes de la misma el lóbulo se habrá desinflamado por completo y los resultados son altamente satisfactorios.El nuevo agujero para los pendientes no debe hacerse antes de dos meses, para dar tiempo a que la herida cicatrice correctamente y siempre hacer el agujero unos milímetros separado de su localización anterior. A partir de este momento usted puede volver a lucir sus pendientes preferidos, eso sí, será necesario modificar un poco la elección en cuanto al tipo y peso de los mismos
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